15.1.14

Juan Gelman (1930-2014)

"Cohabito con un oscuro animal.
Lo que hago de día, de noche me lo come.
Lo que hago de noche, de día me lo come.
Lo único que no me come es la memoria. Se encarniza en
palpar hasta el más chico de mis errores y mis miedos.
No lo dejo dormir.
Soy su oscuro animal."

11.1.14

Hace un instante la ciudad estaba tan desierta como para escuchar con un detalle lisérgico el raspaje de cada zapato sobre el asfalto. La cadencia del caminar azotando el suelo, de a poco, como un eufemismo de lo inútil, y yo pensando en lo que no puedo, en lo que no podré, en lo que no alcanza, en lo que quise y no llegué, en lo que ya no tiene sentido empujar. Venía deslizándome hacia la casa por la cuesta descendente del orden, enumerando las piedras, pensando en lo que extrañaré hasta morirme, en el intento vano de hacer despertar el milagro, en la pesadilla del peso real de la pérdida, cuando de pronto, bajo los árboles hundidos en la espesura, un pájaro cantó. Concreto. Sin pretensiones. La noche tenía, y aún tiene, varias figuras invisibles por delante. El cielo seguirá bajo y negro por un tiempo, pero un pájaro cantó, armónico, imposible de observar, con una voz opuesta a la temperatura. Un pájaro cantó hace un instante. Un pájaro único en su gesto, que cantó justo cuando pensé que no llego, y que ya no llegaré, y que la potencia no me alcanza, y que para qué insistir con la pureza del alma si no se ve. Nadie la ve. Para qué insistir, si no se ve. Para qué buscar el entendimiento, si no se comparte. Para qué comunicar, para qué esperar el decir, si todo está tan callado, tan dislocado, tan decidido. 
Un pájaro desde la nada cantó, discutiendo dos cosas. El sentido de lo que no se puede hacer vivir, y el invierno. 
En el fondo es la hermosura de las palabras. La espera llegada al límite. En el fondo de las cosas está la hermosura de las palabras, como la única salida frente al sentido muerto. Es la hermosura de las palabras lo que no sirve para nada. Es esa hermosura lo que cantó el pájaro, lo que sigue cantando, lo que seguirá cantando hasta el último fondo de las cosas. El último fondo. Lo que no se toca.