14.5.12

Viva el mundo



Hoy llegó Matilde, por fin la reputa madre. Llegó Matilde. ¡Llegó Matilde! Matilde Boero Etcheverry, hija de mi hermano Chicho y de su mujer, Eugenia, llegó esta mañana al mundo, este mundo de Lanatas vestidos con sacos de pana. Lanata, gilazo, todos los demás: gilazos. Viva el mundo, giles. Ustedes fumen en cámara. Y Vicente crece: Vicente Fabra Cortona, hijo de mi queridísima Eugenia y de su compañero Guille, sigue creciendo like a champ, un verdadero campeón de la tranquilidad era cuando lo cargué, hace ya unos meses, así que ahora debe estar rompiendo los huevos como nadie. Miren ese rostro sino: demoníaco y feliz, peligroso y tierno, Vicente el grande, Vicente que salió gringo como la madre, observador como el padre. La única salvedad que tendrá, ya no lo es para mí. Vicente, si sigue el mandato, será hincha de Independiente. No me importa. Querré a Independiente con tal de quererlo a él. Siento alegría y emoción hoy, hay sol en Alto Alberdi, esta casa sigue vacía pero en calma, el lavarropas acaba de terminar su centrifugado y en este preciso momento retorna el silencio. ¡Pero qué silencio! ¡El mejor de todos! Hace un rato nomás llamó Chicho, Todo salió perfecto. Vio la salida de Matilde, una nueva niña en este mundo, y qué niña la puta madre: Matilde. Matilde la primera, Matilde the first one, entre nosotros, el Chicho, Nicolai y quien respira hondo aquí, la primera. Miren ese rostro, calentita como una tira de pan recién hecha. Miren a Matilde, la hija de Chicho y Eugenia. Por lo pronto, la nariz: de la madre. El quiebre debajo de la nariz: de la madre, intuyo: habrá que ver con el paso de los días. Las entradas: del padre. Habrá que ver: el paso de los días volverá a dejarlo solo en ésa, Matilde tendrá mucho pelo en la frente y sólo quedaré yo para acompañar al Chicho en el lento pero insaciable proceso de quedarse pelado. Miren a Matilde y a Vicente. Ya están creciendo. Los quiero mucho. Ya crecen, fíjense. Viva el mundo, hijos de puta. Hijos de puta: viva el mundo. 

Lanatesco


Hace un tiempito escribí un post que se llamó "Lanata, el pateta". Ayer hubo otro programa. Otro programa. Se abrió un telón y apareció una tribuna de periodistas con pancartas, pidiendo al  unísono por una consigna concreta: "queremos preguntar". (Precioso el equívoco, realmente, porque preguntar preguntan, todo el tiempo, a la mañana en la radio y en los diarios, a la tarde en la radio, a la noche en la tele. Preguntan, y ensayan, e inventan, y vuelven a preguntar. Lo que pasa es que no les responden.) 
El Pateta dijo que habían invitado a periodistas de todos los medios, que algunos adherían pero pedían no ser sindicados, para evitar represalias. Lo que no terminó de explicar bien fue la designación de los rostros que ocupaban LA PRIMERA FILA de esa tribuna de éticos. Las pancartas tampoco tuvieron desperdicio: "No al paraperonismo", decía una. "No al escrache de periodistas no oficialistas", decía otra en medio de (uy) un escrache. "Libertad de acceso a la información", decía otra. Hasta Magdalena Ruiz Guiñazú, obviamente en primera fila, tenía una pancarta en mano. El patetismo, como término, evidentemente, es elástico como un estómago, como un globo. Siempre entra un poco más.
El sketch terminó con la voz de El Pateta.
"Esto es periodismo, sólo queremos preguntar", dijo.
"Yo sólo hago pop", decía Micky Vainilla en Peter Capusotto y sus videos. 


5.5.12

22 de mayo, Las ostras


22 de mayo, 19:30 horas, en Cocina de culturas, Julio Argentino Roca 491 de la ciudad de Córdoba. Las ostras, nueva novela de mi amigo Martín Cristal. Presenta otro gran amigo, Pablo Dema. Creo que hay que ir, es un lindo lugar, linda gente, linda literatura, qué más se quiere. Servirán ostras a cada persona que compre el libro. Salud, carabineros del infierno