27.8.11

Alfredo

¿Dónde están los poetas?

Están subiéndose a la lengua de la cobra
contemplando desde arriba las ondulaciones
del camino y más allá las montañas
nevadas y más allá un cactus
hidratándose a 40º grados y más allá
un águila estampada en una campera de cuero
están parados
haciendo cola en un bar de ensaladas
masajeándose los hombros en la espera
haciendo sonidos guturales mientras miran
el brócoli y dos o tres porotos perdidos
sobre una bandeja de plástico
están pensando en las formas morbosas que las luces
dibujan en las caras de los chicos que sirven
a una morocha con pecas un careta albino
le ve la cara de un ñu después de haber
saltado un barranco, incluso se anima
a decirle “cuidado, que en el fondo del río
te está esperando un cocodrilo”, y la fila
explota en carcajadas, un viejo cónsul
del estilo se cansa y con su báculo
rompe las luces dicroicas, llama a un mozo
y abanicando en su cara el jovial instrumento
le dice “cuidado, que en el fondo del Nilo
te está esperando este tío”
están firmando cheques para terceros
mirando los edictos de un diario regional
para ver si pueden timar a algún chacarero
están cambiando la clave del homebanking
están tratando de subir de ranking
están respirando uranio en la boca
de una chimenea en Pyiongyang
están googleando la palabra “trotil”
para aprender a hacer masitas
y venderlas en un recital en el Konex
están pidiendo monedas a la salida de Starbucks
cortándose el pelo con un filo bien al ras
están tomando mate, mirando cómo las nubes forman
el contorno de la provincia de Formosa
están enchufados al suero de una clínica privada
haciendo barquitos adentro de un papagayo
en livings, agarraditos uno del otro, sintiendo
la llama del verso, montados al cometa Halley
que ya pasó y siguió de viaje
están tomando cervezas adentro de un camión blindado
afinando sus oboes para brillar en un show
con la fanfarria del Alto Viaje
están mostrándoles a sus suegros mezcladas
las fotos de un viaje por Latinoamérica
en una aparecen montados en mula
en otra aparecen abrazando a un indígena
en otra aparecen tomando pisco
sobre una pirámide de gringas con bombachas de ATTAC
están meando en el baño de un boliche, recostados
contra la puerta, sintiendo cómo tiemblan
las paredes con un hit que escuchaban
el año pasado, están envueltos en polietileno
preparados para subirse al chango
están atados a un mástil, subidos a un barco pirata
ansiosos por que explote la piñata
están mandando cadenas de mails
dándole forward, están mirando LCD
y prendiendo sahumerios caros en un hoyo del Ground Zero
están hablando, perdiendo grasa
están fabricando whisky platinado
para darse caña y salir a quemar banderas de la FUBA
están tomando queso en una púa
están oyendo djs alemanes
están en la playa, untándose Hawaiian
mirando el mar como si estuvieran
esperando el llamado de un cachalote
están electrificando las puertas de sus deptos
tomándose un bondi a Catamarca
comprándose un lomito en un bar
de la Avenida Argentina, están
en una playa de estacionamiento
fumando tabaco armado y pateando motos
están revisando una 13/20 con pósters de Michael Jackson
están duchándose, pensando en sus deadlines
como si acariciaran el lomo de una tarántula
están tomándose un fernet con cola en la
cola de un recital de Wisin y Yandel
están surfeando una ola en las playas de Maldivas
están lanzándose al vacío, mirando el asfalto
desde un décimo piso de Nueva Córdoba
están tomando sopa en un Centro de Día, están
llamando al 0800-PARAPENTE, le dan al redial
como un auto a un peatón de frente
mientras del otro lado una voz tumultuosa
como emitida desde adentro de una campana
dice “no, hoy no estamos de servicio
mañana nos mudamos de piso”, cuelgan
y llaman a la Liga de Lucha contra el Cáncer
para jugar al bridge con viejos terminales
el domingo por la mañana, cuando la ciudad se levanta
y los chicos vuelven a casa sobre la espalda de un dromedario
están caminando por la costanera
buscando gomas de borrar y curabichera
están poniéndose un termómetro entre las encías
para ver si son ellos o la poesía, están
dormidos sobre el volante, escuchando AM
viendo cruzar ovejas por el camino, incluso
les da la impresión de que una les guiña el ojo
lo que los hace codearse y susurrar “qué nos pusieron
cuando paramos a comprar snacks en la YPF”
están comprándose blusas en una feria americana
están comprándole berenjenas a una familia boliviana
están estudiando Derecho Procesal Penal II
preparándose para el futuro
están sacando un maní del fondo de un vaso
están abriéndose una cuenta para ser
comentaristas de La Nación online
están inquietos, afiebrados
por la leche maltratada que va
del corazón a la mente, están convencidos
realmente, quieren tomar el poder
y entrar al castillo con un hacha,
pero se arrepienten y se anotan en un curso
de yoga, se dicen “no, me chupa un huevo
estar en boga”, están tirándose encima de la gente
como si fueran personajes de una emisión de 100% Lucha
quieren salir a cazar indigentes y volver
a casa con un trofeo, quieren bailar
bajo el farol de la vereda y besar
el cemento, pero están cansados de lanzar piedras
a los camiones que pasan por la autopista
así que llaman a una amiga y se van
a tomar té en un termo con calcomanías de la Vence
están tomando borsch en el centro de un tornado
creyendo que están en la rivera del Volga
están ocultos en la turbina de una central hidroeléctrica
haciendo girar el dynamo de la paranoia
están nadando entre mil capas de mantarrayas
mirando a contraluz las alas flamear
en el silencio del agua
están en el desierto del Mojave
ahorrando dinero y tomando jarabe
alquilándole un auto a un vaquero para viajar
a Miracle Mountain
están ahuyándole a la bola de espejos en una disco
de baja categoría, están haciendo fechorías
están sorbiendo con pajita el agua de un tanque
de un barrio de los suburbios
están refugiados en sus camperas de jean con corderito
dándole ganchos a un gallo patotero
que desde la otra esquina les recuerda
lo bien que escriben cuando están en pedo
están tratando de llegar a enero
están comprando garrafas sociales
azotados por la ventisca en una calle de tierra
están entrando a Tribunales
para cantarle unas nanas al fiscal de turno
están esperando al enemigo detrás de sus escritorios
con las abrochadoras bien cargadas
para cerrar miles de sobres con A4
que ventilan los secretos de una secta
están cruzando las multitudes con una mueca
de interés superficial, están escupiendo
a los leones del zoo, están cubriendo los cristales
de sus autos usados con largas franjas de cartón
corporativo, están tomando un licuado
acompañados por un pai umbanda que los mira
y piensa en el dinero que le deben por haber
hecho desaparecer el cadáver de Nekro
están haciendo fuego en la cubierta de un portaviones
con mechas de carilina y nafta venezolana
están poniendo sus caras para un comercial de Kraft
a cambio de alimentos importados y una tableta de migral
están saltando las paredes de los cementerios
quieren afiliarse al Club Cultural Hades
están fotografiando niños en el subsuelo
de una quinta de Pilar, están dando que hablar
en los sitios de noticias, pero faltan las pericias
y el ambiente está agitado, en la tele ante un paredón
de periodistas, un abogado:
“las pruebas son endebles y yo
estaba tomando sol en casa y yo
me llamaron por el bipper y yo
estoy sintiendo vibraciones atávicas ahora
mi ombligo está conectado con Mercurio, sí
cada vez que acabo destruyo un satélite
por eso se ve mal la Deutsche Welle”
están regando un vivero japonés
barriendo las veredas con una remera fluorescente
están solicitando su repatriación
desde el cuadrado de la libertad
están tirándose el tarot
frente al mago de los dispositivos sociales
están tatuando a nazis locales con las siglas
ORGULLO y un logo hindú que un viajero vio
hace tiempo en la panza de un elefante
están animando una fiesta de la Total
en un cabaret de Rincón de los Sauces
están en Picunches en Venado en Salamanca
en Maui en Manila en Carlos Paz
en Chicago en Ljubljana
en el este de Estonia
en el oeste de la Peste
están en Aguas Calientes en Chihuaha en Managua
en San Petersburgo en San Pedro en San Vicente
en Ottawa en Melbourne en Shanghai
en Asunción del Paraguay
en la piecita de Sartre en el Quartier Latin.

Alfredo Jaramillo nació en el barrio Alta Barda de Neuquén capital, en marzo de 1983. Es autor de los libros de poesía Grunge (Editorial Funesiana) y Villa Negra (El Niño Stanton). Tuvo el blog www.polvoraychimangos.blogspot.com y lo abandonó. En Twitter es @toxiboy.
Y Alta Barda, nuestro barrio, más decadente que nunca:

















2 comentarios:

Majo A dijo...

las fotos son tuyas?

Diego Vigna dijo...

sí. también me gusta la fotografía. hice un flickr, por si te dan ganas:
http://www.flickr.com/photos/titivigna/
saludos