16.7.09

Y este puto quién es

Prólogo de Autogol, escrito por Funes y leído ayer en la presentación de la antología

¿Por qué hacer otra antología de cuentos? ¿Por qué convocar escritores que no se parecen en nada? ¿Por qué hacer los libros a mano? ¿Por qué tan poca tirada?
En realidad... ¿por qué no? Es curioso descubrir que hay muchas antologías y que el 70 por ciento (dato incomprobable) de las mismas son de poesía. Hace algunos años se volvieron a publicar antologías de cuentos seriamente y también me preguntaba por qué lo hacían.
Ya lo dijo Michael Hutchence cuando le preguntaron por qué siempre se ponía de novio con súper modelos; porque puedo.
Hacemos esta tirada y estos libros porque podemos. Pero también porque nos gusta querer hacerlo. Porque me parece que ser jóvenes o referentes en un ambiente literario no tiene nada que ver con sacar libros.
Los libros que podemos sacar en la segunda editorial más chica de latinoamérica están hechos uno por uno, a mano por estas mismas que tipean la introducción que usted lee. También están hechos como una manera de resistir a la industrialización del pensamiento, a la banalización de la repetidora.
No es contra la máquina, para nada. Es, más bien, contra el uso indiscriminado que los cráneos hacen de la máquina.
Estos libros se hacen como expresión de descontento hacia el Hombre y sus políticas que, consciente o inconscientemente, avalamos día a día. Contra el mezquino ser que sólo considera dos o tres autores por sobre la enorme cantidad de escritores publicables.
Más allá de mis cavilaciones afiebradas, este libro, además, es una muestra de amistad. Gente que admiro, envidio, quiero, estimulo, agradezco. Representa las enormes ganas de sobrevivir en la posteridad con algo hecho con mis propias manos para promover sus textos.
Su literatura, en éste objeto, sobrevivirá alrededor de unos 30 años (si no me fallan los cálculos) intacta. Por lo tanto, me carga de una enorme responsabilidad presentarles a estos queridos amigos.
Para los críticos que puedan leer este compendio, este trabajo, quedará el análisis y tal vez la explicación del por qué estos autores juntos o el orden de aparición. Entiendo que la interpretación de algunos del trabajo de otros es importante. No soy ni podré ser jamás crítico literario aunque no se debe a mí exclusivamente esto último. No hace mucho tiempo, las camadas de críticos literarios que ha ido expulsando la Universidad fueron mejorando en cantidad y calidad. Según entendidos, costó pero va queriendo.
Para los fanáticos vaya la confesión de mi parte: el libro lo pedí en un abril, me fue entregado por casi todos los autores en octubre (cuando la fecha final era agosto) y terminó de imprimirse un año y seis meses después.
Trabajar con tiempo, a veces, no es una opción. Para los que duden, los que crean que planeamos la conquista del ambiente literario a paso de tortuga, los dejamos tranquilos; no es nada de eso. Para aquellos que crean que vamos a ser millonarios, también los dejamos tranquilos. La literatura es un medio para convertirse en millonario con las exactas probabilidades que ofrece el juego de la lotería nacional. Y lo mismo aquellos jugadores compulsivos que no pueden abandonar su vicio por más terapias grupales e individuales que han probado; estos muñecos que hoy les presento no pueden evitar ser escritores.
Varios han probado, doy fe.
Estos, los muñecos otrora llamados escritores, tienen en común que les gusta sonreír, tomar algo en asados (y comer), que juegan al fútbol o al báske (o sea, los deportes) y, por sobre todas las cosas, disfrutan de escribir.
Cuando lea cada uno de los textos piense exclusivamente en eso. Piense en el autor sentado en el escritorio, en la computadora, en un bar, en una pieza o en un living. Piense lo mucho que puede llegar a disfrutar una persona de hacer lo que le gusta. Analice los cuentos desde ese lugar. No busque patas de gatos ni pelos de huevos; no, no. Sea implacable. Impiadoso. Pero no le pifie.
Después me cuenta.

10.7.09

15 de julio, presentación de Autogol

El próximo miércoles 15 de julio se presenta en Buenos Aires la antología de cuentos Autogol, editada por la Funesiana (una de las editoriales más pequeñas y con mejor onda del país). Autogol es una antología más, de esas que siguen saliendo en distintos puntos donde también se editan muchos libros, salvo por algunas cuestiones: como todos los libros de la Funesiana, será impreso, armado y cosido artesanalmente, y se editarán creo que 50 ejemplares, como pasa, insisto, con todos los libros de la Funesiana. Otra cosita interesante es que los autores tendremos que comprar la cantidad de libros que cada uno quiera, aunque fuese uno solo. Y sobre todo, la cuestión más pintoresca de esta antología: fue realizada con una buena onda sobrenatural, y con un total desinterés por todo lo que pasa y pasó y seguirá pasando alrededor de las antologías de nuevos narradores argentinos (que Dios y la patria nos lo demanden). Hace unos días estuve en Buenos Aires, y le pegué un llamado al editor, creador, cosedor, impresor y realizador de todo lo que tenga que ver con la editorial: Lucas Funes Oliveira. Y él me dijo: venite a la editorial. Fui hasta Parque Patricios con él, conocí la pieza que alquila, donde tiene su prensa, su guillotina y su impresora, y armamos juntos la matriz del libro. Tomamos mates, charlamos, comimos facturas. Es decir, participé junto a él de la elaboración de una antología más de cuentos, una más, otra más de esas que nos seguiremos cansando de hablar y discutir y criticar.
Entre los autores que participan, hay muchos de esos que están en ooooootras antologías de esas que andan dando vueltas por ahí: están Ricardo Romero, Federico Levín, Ignacio Molina, Sonia Budassi, Julia Sarachu, Javier Quintá, y me estoy olvidando de gente: Juan Pablo Souto, Loyds, creo, y estoy yo, también. Todos esos, todos nosotros, que también compartimos algo interesante: no le pedimos nada al editor, y el editor no nos pidió nada. Qué pintoresco resulta todo, a veces, cuando se disfruta.
Los que anden por Buenos Aires, y se quieran prender para la presentación, buenísimo, le darán una manito a Funes y se tomarán un birrín más, una más, entre tantas otras. Así parece que es la vida, cuestiones pequeñas pero sólidas que se pueden disfrutar, una más entre tantas otras.
Va la data aquí abajo:

6.7.09

La Vaca y Leonardo, cabeza a cabeza


Faltan dos semanas para que cierre la encuesta sobre quién es el mejor de la historia, y la Vaca Daniel Potenza va palo y palo con Leonardo Da Vinci. Estas cosas mueven mi mundo, por suerte.

2.7.09

Quién se atreverá a soñar

Mi equipo forma con Ultracomb al arco;
Veritas, Roby, Jorgito y Protalia;
La Morenita, Yelmo y Arco Iris;
Jean Cartier; Alcoyana y Capri.
La enumeración es el curso de los días.
Tenemos alfajores, un marciano chupa tierra,
café relojes galletitas y sábanas,
calefacción segura en el lateral izquierdo.
Si alguien, hoy, preguntara quién mueve,
debería hacerlo Carámbula.
El arte de la clase media corta y cose la historia,
nos previene con viejas coincidencias.
Las marcas y las personas alguna vez fueron
dos ánimas distintas.

Aunque piensen: si en el mundo perdido del hogar
no había misterios: ¿cuál era el reverso de la trivia?
Protalia hoy merece haber sido el tres
de un cuadro de los viejos sueños,
un carrilero ochentoso y curtido
en los vestuarios del ascenso bonaerense.
Merlo, Defensa y Justicia, Los Andes,
una pequeña excursión al Racing cordobés
y la rotura definitiva en San Lorenzo, antes
de la mitad de una tabla cualquiera.

Mi madre atenta a la repetición del significante.
La liviandad y el éxito. Para qué ir más allá, si
en definitiva, Alcoyana-Alcoyana.

Protalia ha enviado un centro, ha cabeceado Gambier,
alguna tarde se ha roto los meñiscos en San Lorenzo.
Hoy revisa la contabilidad de su local en el primer cordón,
y si le duele la rodilla operada, es porque viene la lluvia.
Así transita Protalia por el fango de la vida,
derrapándonos.